Cualquier persona que habitualmente esté
informada (me refiero a los que escuchan la radio, ven la televisión, leen los
periódicos y les interesa lo que ocurre en el país), no puede dejar de estar
preocupada por lo que está aconteciendo: endeudamiento privado, prima de
riesgo, déficit en las cuentas del estado, problemas en la banca, burbuja
inmobiliaria,… es decir, catástrofe económica y España al borde del
“precipicio”. Es para estar alarmados. La cuestión es que los ciudadanos nos
preguntamos ¿qué hemos hecho nosotros para que merecer esto? Haciendo una breve
historia, podemos afirmar que los sucesivos gobiernos de los últimos 16 años no
han sido capaces de encarrilar el país ni hacer las reformas estructurales (¡que
bonita frase y que pocos saben lo que significa referida a la crisis!) que
España necesita y los mercados nos exigen. Queremos con ello decir que todos
los gobiernos, en lo que les toca, han pinchado. Y ahora gobierna Rajoy, es
decir el Partido Popular, por que así lo ha querido una mayoría amplia. Y les
ha tocado bailar con la más fea: la crisis en las narices. ¡Es lo que tiene
gobernar! Veamos que nos están proponiendo.
Subida del IVA. Antes los que menos, ahora los que más o casi. Teniendo el
nivel de parados más alto de Europa y uno de los niveles de consumo más bajos,
¿qué vamos a hacer?
Unos
dicen:
Es necesario incrementar los ingresos para mantener el estado de bienestar;
los otros: Es la medida ideal para solicitar el rescate.
Claro que no nos importaría que se subiera a productos que no son de consumo normal
o mayoritario. Por ejemplo, joyas, coches de lujo, tabaco, bebidos alcohólicas,
cierto tipo de viviendas...
Desempleo. Continuará creciendo, nos dice Rajoy, hasta 2014 y se remata con alguna frase ya famosa dicha en el Congreso. Pero los parados son ahora mismo los españoles más débiles, y habría que protegerlos, y la gran mayoría continúa haciendo frente a sus deudas. Recortar la prestación por desempleo aumentará el índice de morosidad, retraerá el consumo e incrementará la pobreza, en general, y abocará a muchas familias a niveles no vistos en la democracia. Por si eso es poco, quitan la prestación o subsidio a los mayores de 45 y aumentan de
Nacionalización de bancos y privatización
de empresas. Todo banco que por su
mala gestión en el pasado se encuentre en necesidad de ser rescatado, será (ha
sido) nacionalizado. El Gobierno se encargará de que el dinero inyectado se
dedique a abrir el grifo del crédito y cuando la situación mejore, se procederá
a la venta de la entidad para recuperar la inversión Y si una empresa,
organismo o entidad oficial se puede privatizar, así se hará.
Y los especialistas dicen, la nacionalización
de la banca por sí sola no soluciona los problemas de los bancos. Necesitan capital
para poder darlo. Si ellos no lo tienen alguien tiene que dejárselo. Los bancos
no pueden fabricar dinero al estilo Zapata. Esto significa que si son
nacionalizados, el estado debe cubrir los agujeros y no se si España puede
hacerlo ahora. Aparentemente, no. Otra cosa es que el dinero se consiga a
través de la UE como préstamos y sin que aumente las cargas del estado
(déficit). Estamos a favor de la creación de una banca nacional, pero sin
riesgos y gestionada por profesionales. Ya sabemos lo que ocurre si son los
políticos los que ocupan los cargos. Y también estamos a favor de un
"banco malo" que absorba las viviendas no vendidas, al mismo tiempo
que se cree una agencia estatal de vivienda para la venta o el alquiler de
estos a precios asequibles. Y mejor no hablar del color de los que se han
llevado las indemnizaciones que por contrato tenían firmados en sus “fincas
particulares” (empresas o Cajas).
Iglesia. Ya que hace unos años el Partido Popular dijo que debía quedar reflejado en la Constitución la influencia de la cultura cristiana (católica, claro) debido a nuestra gran tradición, es lógico concluir que no deben pagar nada. Otros pensamos que debería recibir donaciones de los feligreses que voluntariamente accedan a concederla, bien sea directamente o bien sea marcando la casilla en la declaración de la renta, pero, de ningún modo, debe ser subvencionada con dinero público. Si las cuentas no nos fallan, la Iglesia, si fuera estado a la usanza habitual, sería la octava potencia del mundo. Pero no, se les hacen leyes a su medida para poder apropiarse de bienes que no estén inscritos en el registro y que hayan sido usados por la iglesia (en su mayoría cesión por parte de los pueblos). Pero ahí no acaba la cosa: debemos pagar la enseñanza de la religión, de los profesores y de los curas y obispos. No estaría de más una nueva desamortización y elevar a los altares a Mendizábal y así dejar de pagar por ver las obras de arte que nuestros pasados hicieron y que han sido monopolizadas por la iglesia.
Y mucho nos tememos que esto solo acaba de empezar.
Javier Colino
Consultor RSC
Consultor RSC
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