El objetivo del desarrollo sostenible es “satisfacer las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” según la World Commission on Environment and Development. Our Common Future. (Oxford: Oxford University Press, 1987, pag. 43). Bajo esta premisa cabría preguntarnos ¿qué es una memoria de sostenibilidad y para qué debo hacerla en mi empresa?
Memoria es “exposición de hechos, datos o motivos referentes a determinado asunto”; y sostenibilidad “dicho de un proceso: que puede mantenerse por sí mismo, como lo hace, p. ej., un desarrollo económico sin ayuda exterior ni merma de los recursos existentes”, ambas definiciones según la RAE. Por lo tanto, lo que vamos a mostrar cuando hacemos una Memoria de Sostenibilidad es la exposición de lo que hemos realizado, referente a la sostenibilidad, en un periodo determinado (normalmente cada año), al igual que se viene haciendo con las memorias o informes financieros en una gran mayoría de empresas.
Tendencia sostenible |
Nos son de sobra conocidas las informaciones sobre el medio ambiente y el deterioro que el desarrollo actual está causando al mundo, fundamentalmente por parte de los países desarrollados o en vías de desarrollo. De seguir así, según los científicos más catastrofistas, en no mucho tiempo el mundo será inhabitable, y para que esto no suceda debemos establecer una serie de pautas e iniciativas que, si bien no van a resolver totalmente los problemas de contaminación, si van a evitar que lleguemos a la autodestrucción medioambiental. Y es aquí donde se sitúa la elaboración de las memorias de sostenibilidad de las empresas: no van a reducir la contaminación pero si van a certificar que las empresas que las hagan y publiquen van a tener unos comportamientos acordes a la preservación del medio ambiente, económicamente éticos y socialmente responsables. Esta información pública sitúa a las organizaciones en línea con las nuevas tendencias del siglo XXI y sus grupos de interés se sentirán satisfechos de colaborar con ellas: trabajadores, clientes, proveedores…
La memoria en sí no aporta beneficios directos y su elaboración debe ser considerada como un gasto corriente más. Pero sí nos concede valor en cuanto que las empresas que las realizan serán mejor vistas y tendrán mayor reconocimiento social. Estos dos conceptos intangibles nos aportarán la etiqueta de “empresa sostenible” y serán vistas como empresas socialmente responsables, que es lo mismo que decir que cumplen los requisitos de la triple cuenta de resultados: económico, social y medioambiental. Si ayer fue la calidad y hoy el medio ambiente, mañana será la sostenibilidad, concepto que agrupa las dos anteriores, además del económico.
Pero para hacer las memorias debemos tener claros varios conceptos:
· No hay ley que obligue a hacerlas; es, por tanto, voluntaria,
· Se han de mostrar los aspectos positivos y negativos,
· Debe ser un estudio comparativo en el tiempo, es decir, no sirve de nada hacerla un año y no darles continuidad,
· Se trata de hacer una valoración del desempeño en materia de sostenibilidad y
· Debe estar apoyada por la dirección y por los grupos de interés de la organización.
La rendición de cuentas ha de ser transparente y debemos rechazar aquellas que sean puro lavado de imagen y marketing para el gran consumo. Las primeras estarán limitadas ya que no tendremos referencias anteriores; la segunda y siguientes mostraran los avances que durante los ejercicios se han ido realizando, ya que otro de los puntos clave de las memorias son los objetivos a cumplir, objetivos que se marcaran las propias organizaciones y empresas y que serán el referente del siguiente ejercicio. Estos deben ser alcanzables y sostenibles y es aquí donde se explica la posición de las empresas respecto a la RSE.
En próximos artículos hablaré de:
· Herramientas para la elaboración de memorias de sostenibilidad: GRI
Javier Colino
Consultor de RSE en InnoSIB
Fotografía cortesía de Imagebase