martes, 30 de noviembre de 2010

Declaración de intenciones


Comienzo hoy esta nueva e ilusionante andadura que no sé hasta dónde nos llevará. El objetivo que me planteo es a la vez humilde en sus postulados y conceptualmente muy simple. Me propongo sencilla y llanamente abordar los distintos aspectos relacionados con la seguridad de la información.


Hoy pocos dudan que la información y la gestión que se le aplica sea uno de los aspectos fundamentales y más importantes para cualquier tipo de empresas. Para algunas es la esencia misma de su actividad y para otras la información es cuando menos el soporte de todos sus procesos de negocio y administración.


Si la información es un activo tan importante para la empresa moderna no es de extrañar que se le apliquen medidas de seguridad específicas y que de aquí surja una nueva disciplina o actividad: La seguridad informática, o como a mí me gusta llamarla la Seguridad de la Información.

A lo largo de los distintos artículos que vaya publicando en este Blog escribiré sobre la información y su seguridad. Con un enfoque eminentemente divulgativo y tratando siempre de simplificar los conceptos y alcanzar la esencia de cada técnica o materia abordada. Todo con un único fin: crear conciencia de la importancia de la información, su seguridad y la necesidad de la implicación de todos los componentes de una empresa para garantizarla.

Sin ánimo de ser exhaustivo hablaremos de las características de la seguridad y de los mecanismos para proteger cada una de ellas. Presentaremos también los grandes conceptos de la seguridad, ya sea ésta tradicional o de la información, como son los riesgos, las amenazas, las vulnerabilidades, los controles o los incidentes. Para cada uno de estos conceptos trataremos de las técnicas y las prácticas relacionadas con ellos.

En otro nivel hablaremos de los profesionales de la seguridad de la información y los diferentes enfoques que las empresas pueden dar a la gestión interna de esta disciplina.

Trataremos también de las leyes, nos ceñiremos a las españolas, relacionadas con la información y su seguridad con una especial atención a la Ley Orgánica de Protección de Datos de carácter personal (LOPD).

Hablaremos en fin de todo aquello que esté relacionado directa o indirectamente con la información y su seguridad en el entorno de la empresa.

Mis expectativas se verán ampliamente colmadas si consigo crear conciencia en uno solo de mis lectores de la importancia de la seguridad de la información.









Fotografía por cortesía de PD Photo.org


domingo, 21 de noviembre de 2010

Innovación: imaginación y realidad


Mi abuelo decía que cuando algo funciona lo mejor es mantenerlo tal y como está. Mi abuelo tenía razón en muchas cosas (bueno, yo siempre lo he creído así) y en esto por supuesto que también creo que estaba en lo cierto. No obstante, vistas las cosas desde una perspectiva industrial o mercantil, una máquina o un utensilio decimos que funcionan cuando mantienen un grado suficiente de productividad, cuando nos da los rendimientos que le pedimos, cuando cumple sin mayores problemas con las expectativas creadas.
A pesar de ello, cuando analizamos con cierto detenimiento (y no siempre lo hacemos cuando las cosas funcionan presuntamente bien) la situación de la empresa respecto a nuestro mercado, nuestra competencia o simplemente, a veces, respecto a la economía general, podemos llegar a observar que siendo buenos los números, las tendencias no son favorables. Esto puede notarse porque se crece pero relativamente más despacio que otros; se mantiene una buena cartera de clientes muy fiel, pero apenas surge cartera nueva; se empieza a aparecer en las zonas medias de los rankings sectoriales cuando nuestra empresa siempre había estado con los de cabeza.
¿Qué está ocurriendo? ¿Se están haciendo mal las cosas? Mal no, pero evidentemente hay que mejorar si se quiere asegurar el nivel de empresa que se desea.
Intuición y análisis
Es en este punto donde la palabra innovación empieza a escucharse y en cierto modo, a cobrar sentido. Y el sentido que nos interesa dar al término no es el que primero nos viene a la cabeza: invento, descubrimiento, creación, revolución incluso. No, no es ese el sentido que debemos otorgar al concepto innovación.
La Real Academia de la Lengua Española (por el momento quien define oficialmente los usos y costumbres del lenguaje) determina para el vocablo “innovar” la acepción: “cambiar o alterar algo, introduciendo novedades”. Y yo añado: para mejorar y, más en concreto, para mejorar en aquellos aspectos que nos interese mejorar.
La invención busca hallar o descubrir algo nuevo. La innovación busca cambiar para mejorar. No tiene por qué ser nuevo. Es más: en la mayor parte de los casos la innovación consistirá en utilizar lo que ya está inventado.
Así pues, llevemos el término innovación al lugar que le corresponde en cualquier empresa (sea del tamaño y dimensión que sea). Al lugar del cambio, de la transformación y de la adaptación. Al lugar de la imaginación aplicada a la realidad, a la efectividad. Al lugar donde se utilicen con soltura palabras como modernizar, enriquecer, adecuar, reaccionar.
Mi abuelo tenía razón: si algo funciona consérvalo; pero si quieres que además mantenga el nivel: renuévalo, sin perder su esencia. Sólo el hecho de querer mejorar ya es innovación.


Ángel Luis Herrero
Socio Consultor en InnoSIB


Foto cortesía de PDPhoto

lunes, 15 de noviembre de 2010

El valor de la experiencia


Dicen que un jugador de cartas adquiere la famosa “cara de póquer” a medida que va jugando más y más partidas a lo largo de su vida. Cuantas más partidas de naipes juegue (siempre que sea un juego en el que haya que ocultar la mano que se tiene entre manos, valga la redundancia) mejor aprende a ser inexpresivo, impasible en el gesto, impertérrito en la mirada. Con el tiempo el jugador modela esa cara gélida, ese rostro sin pulso, con tal de no ofrecer el menor atisbo de información sobre su estrategia.
El rostro, en efecto, es la parte más visible de nuestra expresión, pero cuando, después de disputadas muchas partidas —ganadas unas, perdidas otras—, uno maneja con soltura esa “cara de póquer” observa lo difícil que es jugar contra adversarios de similar veteranía. Sin embargo, llega un momento en que se da cuenta de que otros elementos del cuerpo delatan al contrario de forma inconsciente su táctica y sus pensamientos: léase el caso de las manos y de los dedos de las manos. Mientras todo el mundo piensa que la cara es el reflejo del alma (de la jugada, en este caso), es entonces cuando hay que fijarse en esa sutil presión en la esquina de un naipe, en ese tamborileo despistado, en esa palma contra la mesa porque aportan en gran medida la información precisa para desmantelar la ambición del contrincante.

El reflejo del entusiasmo

Del mismo modo, la experiencia profesional (definida como continua adquisición de conocimiento aplicándolo a multitud de situaciones reales), conforme se va acumulando, va traduciéndose en rendimiento, en utilidad, en convergencia, en movimiento hacia adelante. En resumidas cuentas: en eficacia. La diferencia entre el jugador experimentado y el jugador experto radica precisamente en ser eficaz, en orientar sus métodos de resolución de un problema hacia el camino más práctico.
La tan mareante crisis (iniciada oficialmente cerca de tres años atrás) está provocando que un aluvión de expertos en diversas áreas de la economía y la industria naveguen libres después de verse instados a abandonar esas empresas que no han podido lidiar con los malos tiempos por no haber sabido manejar los buenos tiempos.
Y muchos de estos profesionales de largas trayectorias (por encima de los veinticinco años en muchos casos) no sólo aportan el valor de la experiencia en cualquiera de los ámbitos y actividades del negocio empresarial sino que añaden a ese valor el arte de la eficacia. ¿Cómo? No malgastando energías en averiguar lo que nos dice un semblante frío que se esfuerza en ocultarnos la verdad; más bien ocupándose de dirigir los pasos hacia esos otros lugares que nos hagan más fácil cumplir los objetivos.
La iniciativa InnoSIB pretende ofrecer a las empresas (de todo tipo, pero con énfasis en las de estructuras moderadas) la experiencia de unos profesionales que en el transcurso de sus dilatadas carreras han conseguido hacer de la eficacia una destreza, una disposición y hasta, por qué no, una actitud.
Bienvenidos a Las Ideas de InnoSIB, el blog de la experiencia InnoSIB.

Ángel Luis Herrero
Socio Consultor en InnoSIB



Fotografía cortesía Imagebase
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