domingo, 3 de agosto de 2014

Si todos los chinos saltaran a la vez…

Ya saben el dicho aquel de “Si todos los chinos saltaran a la vez… “. Se colegía a continuación que la Tierra podría cambiar de órbita o desviar su eje de rotación. No sé si puede ser verdad, si las actuales leyes de la física moderna lo sustentarían. Realmente no lo sé. Aunque yo creo que con lo que nos cuesta ponernos de acuerdo en un ámbito mucho más reducido para hacer cosas a un mismo tiempo, entiendo que poner de acuerdo a unos miles de millones de personas para realizar algo a un mismo tiempo ha de ser muy cercano a lo imposible.
Es por ello que la tan manida globalidad del mundo, la aldea global, la mundialización es un concepto que está arraigando en nuestros coloquios y en nuestras opiniones sin saber muy bien el alcance que puede tener.
Donde mejor y con más precisión se adecua el término global es en el aspecto económico y financiero. Se habla de la economía global para plasmar la interdependencia económica y mercantil entre los países por la necesidad (fundamentalmente, de los países económicamente más fuertes) de ampliar las fronteras de sus transacciones comerciales para poder mantener los niveles consecuentes a sus objetivos financieros. En este terreno hablamos de: multinacionales, expansión del comercio internacional, desarrollo del tercer mundo, concentración empresarial, liberalización de mercados, reducción de costes de producción y otros muchos vocablos de similar transcendencia. Y de la economía es muy fácil traspasarse al terreno político: políticas comunes, impulsos de las democracias (o caídas de los tiranos), movimientos sociales, visiones ecoambientales, implantación de ideologías y múltiples variantes de organizar el mundo desde los púlpitos más ostentosos (G-8s, FMIs, OTANs, ONUs, Foros de Davos,…).
Bien, todo este enjambre de envolturas solo se refieren a los aspectos mercantiles (algunos quieren traducir rápidamente por bienestar social) de nuestras vidas.

La familia global

Pero la globalización realmente va (y va a seguir yendo) mucho más allá, hacia unos confines aún no vislumbrados. Porque su base, su sustento está en la tecnología. Sí, en la tecnología que permite intercambiar información a nivel mundial —y quizá interestelar dentro de poco— entre todas las personas del planeta individualmente, con independencia de su lugar (cercano o recóndito), del momento (instantáneo), de su posición social, de su conocimiento e, incluso, de su necesidad. Porque la información puede referirse a cualquier ámbito: empresarial, político, personal, grupal, social, universal.
En el mundo tecnológicamente global la información viaja de un punto a otro a la velocidad de la luz, sin barreras, sin filtros, sin premeditación. Los próximos años, décadas, se dedicarán (gobiernos, poderes, mundo empresarial, gurús, científicos y pensadores)  con total seguridad a “ordenar” la información, a reconvertir modelos industriales, a revisar conceptos de pertenencia y afinidad personal, a redefinir consecuentemente las pautas de comportamiento individual ante el mundo interconectado.
Lo que yo sí creo ahora es que la información global será la que verdaderamente modifique el eje de la Tierra, pero no sé en qué dirección ni en qué grado.


Ángel Luis Herrero
Socio Consultor en InnoSIB




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martes, 1 de julio de 2014

Donde estés, a la hora que estés

Donde estés, a la hora que estés. ¿Lo recuerdan? Eslogan publicitario de la compañía Martini. En su momento (finales del siglo pasado, primeros escarceos del uso de los aparatos móviles para algo más que hablar por teléfono), los que empezábamos a realizar desarrollos de aplicaciones de movilidad adoptamos tal consigna para definir su característica esencial. El efecto Martini lo denominábamos en nuestras presentaciones. Aún andábamos lejos (muy lejos, diría yo) de vislumbrar las capacidades que, tanto en programación como en interconexión, se alcanzarían una década más tarde.
En aquellos inicios, nos adentrábamos en usos como: revisar los saldos de nuestras cuentas del banco, reservar viajes, comprar entradas de cine, consultar la bolsa. En dispositivos de pantallas feas y poco resolutivas, eso sí. Recuerdo un video publicitario de Ericksson de finales de los noventa en la que un niño de unos diez años y su padre, supuestamente en una época muy posterior a la de entonces (video de técnica-ficción), comentaban temas sobre los móviles. Y el niño, sumamente extrañado,  preguntaba al padre:
—¿Y entonces, al principio, los móviles sólo servían para hablar?
—Sí, así es, hijo.
—Pero, ¿la gente tenía que ir al médico en persona, en vez de utilizar el móvil?
—Pues sí, hijo.
—Y, ¿compraban las cosas en las tiendas y no mediante el móvil?
—En efecto.
—Y, tú, papá, ¿tenías que ir todos los días a una oficina y no como ahora que en cualquier sitio puedes reunirte, mandar información, tener entrevistas, ver el correo y todo eso que me has contado que haces y que yo no entiendo muy bien?
—Lo has explicado muy bien, hijo.
—Papá, yo creo que no podría vivir en un mundo como el de esa época.
El futuro en las manos
Este diálogo, futurista entonces, poco a poco en la segunda década del siglo XXI empieza a hacerse realidad. El dispositivo móvil, pequeños ordenadores de uso individual que forman parte de nuestro ajuar personal, ha de necesariamente continuar progresando hasta ser nuestro punto de comunicación a cualquier nivel con el resto del mundo. Porque nos da libertad (cualquier lugar, cualquier momento), nos da utilidad (nos evita en gran medida la presencia física), nos da personalidad (lo adecuamos a nuestros intereses, nuestras necesidades, nuestros gustos), nos da privacidad (nos identifica cuando queremos y con quien queremos) y, cada vez más, nos da seguridad y confiabilidad.
El dispositivo móvil personal integrará toda nuestra capacidad de unirnos al mundo en red: será nuestro centro neurálgico de comunicación, información y servicios. Ninguna empresa o institución se verá libre próximamente de no atender sus servicios a través de la movilidad. Será un imperativo.

Ángel Luis Herrero
Socio Consultor en InnoSIB




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lunes, 26 de mayo de 2014

El arte de la recomendación

Desde InnoSIB nos hemos unido a una iniciativa innovadora, valiente, de confianza en la colaboración deinteresada y, sin embargo, de seguridad en el resultado y en el futuro.
Business Up System, modelo ideado, promovido y organizado por el empresario Antonio del Hoyo (en sus ratos libres, dice él), es un compendio de las virtudes de la relación biunívoca entre empresarios y profesionales de cualquier actividad y de cualquier sector económico con el objetivo único de conseguir incrementar las ventas bajo el enfoque de que cada empresario adscrito y comprometido con la causa busque para su aliado en el sistema aquellas referencias comerciales que le pueden suponer negocio directo.
La ayuda mutua, sin más interés que favorecer el negocio del otro que está al lado, provoca de manera continuada en el tiempo que se generen potenciales ventas para cada uno de los miembros de los grupos organizados en Business Up. Es realmente maravilloso comprobar como las relaciones de confianza generar el incremento paulatino de las oportunidades.
… Y además se hacen grandes amigos.

A continuación la visión de Antonio del Hoyo de lo que es y supone Business Up System, como nuevo método comercial, para el relanzamiento del tejido empresarial español desde el pequeño empresario hasta, por qué no, los departamentos comerciales de empresas de mayor tamaño.

El nuevo modelo comercial para las Pymes y los profesionales


¿QUÉ ES EL NETWORKING?

Aunque no todo el mundo conoce el Networking, lo cierto es que se ha generado una tendencia alrededor de este concepto y parece que todo el mundo quiere hacer o sabe hacer Networking, pero hay una gran diferencia entre ese tipo de reuniones donde la gente va con el objetivo de recoger tarjetas, (contactos) con el propósito de vender y el Networking Profesional que es el que proporciona referencias reales y cualificadas de clientes que necesitan los productos o servicios que ofrece su empresa.
No todos los networking son iguales, ni todo es networking, aunque lo llamen de esta forma. Desafortunadamente en España hay muy poco Networking Profesional  Activo, a pesar de que su efectividad es tan importante que llega a representar para las empresas que participan su principal fuente de referencias comerciales, referencias que en la mayoría de los casos se convierten en ventas.
Si ha tenido la experiencia de participar en una reunión de "esas" que reciben el nombre de Networking, donde sólo hay un intercambio de tarjeta y para lo único que sirven es para perder su preciado tiempo le sugerimos que invierta unos minutos en conocer el mejor sistema de Networking Profesional que opera hoy en España BUSINESS UP SYSTEM y compare.
La base del Networking es aumentar los contactos profesionales, pero si no se consigue negocio de los mismos, no sirven para nuestros objetivos empresariales, (más tarde o más temprano todos los negocios son evaluados por sus resultados y si no hay ventas se acaba el negocio). Para obtener resultados reales de la participación en un Networking éste debe ser profesional y seguir en el tiempo un MÉTODO SISTEMATIZADO DE ÉXITO COMPROBADO.
Hoy más que nunca, un sistema que aporte referencias cualificadas es la manera más eficaz y menos costosa de conseguir nuevos clientes. Ésta es precisamente la base del sistema probado y medible de BUSINESS UP SYSTEM.
¿Cualquier empresa puede ser miembro de BUSINESS UP SYSTEM? No; nuestros miembros deben cumplir con unos requisitos imprescindibles de calidad profesional  y tener unos compromisos que garanticen al resto de miembros su credibilidad y por tanto el ser merecedores de su confianza, pilar fundamental para cualquier iniciativa de colaboración empresarial.
El ser miembro activo de BUSINESS UP SYSTEM aporta, entre otras ventajas, la representación en exclusiva de su actividad en un grupo de trabajo y por tanto ser el único receptor de referencias comerciales de su actividad.
Además, participará de forma totalmente gratuita en talleres de capacitación para la consolidación de conocimientos fundamentales en ventas y marketing, Establecerá de forma garantizada múltiples contactos empresariales y dispondrá de un anuncio publicitario on-line que le ayudará a amplificar aún más su señal comercial en Internet.
Nuestras referencias aportan al cliente final la confianza de la persona que nos ha recomendado y por tanto el valor necesario para que prospere nuestra oferta. El modelo de BUSINESS UP SYSTEM se basa en un sistema altruista de colaboración, por lo que el receptor de la referencia no tendrá que pagar nada por recibirla, ni por el negocio derivado de la misma.
El  proyecto de BUSINESS UP SYSTEM es profesional, serio y efectivo, no hace perder el tiempo con un simple intercambio de tarjetas o contactos. Es un NETWORKING PROFESIONAL ACTIVO.
BUSINESS UP SYSTEM está formado por un grupo de empresarios multisectorial y multidisciplinar que tenemos el compromiso en el tiempo de ayudar a nuestros socios a ampliar su red de contactos empresariales y aumentar sus ventas optimizando sus conocimientos, su tiempo y sus recursos.

Nuestro proyecto está gestionado por un conjunto de profesionales de alta cualificación y experiencia en ventas, marketing y desarrollo personal, que tiene como principal compromiso ayudar a aumentar las ventas de las empresas, la impartición de formación para el desarrollo personal en marketing y ventas, además del establecimiento de canales de colaboración entre los empresarios que les ayudaran a descubrir nuevas oportunidades de negocio, establecer colaboraciones puntuales y sinergias de negocio.

Ser miembro de BUSINESS UP SYSTEM,  es mucho más que tener un numeroso  equipo en ventas y marketing trabajando para usted sin tener que descapitalizarse para conseguirlo, ni pagar comisiones, ni sueldos tan difíciles de amortizar.
                  
"Tú puedes obtener todos tus objetivos 
            tan sólo ayudando a los demás a conseguir sus objetivos” 



Ángel Luis Herrero
Socio Consultor en InnoSIB



martes, 8 de abril de 2014

Sólo sé que no sé nada

Todo el mundo está de acuerdo en que para progresar, para comprender, para disponer de salidas tanto a nivel personal como a nivel profesional e, incluso, para codearse, es preciso formarse, aprender, instruirse, o sea, prepararse para un futuro más deseable. Aplicada esta máxima al entorno de una empresa, con mayor insistencia cada vez, se les aconseja la ampliación de formación de sus componentes (directivos, empleados), el reciclaje, la incorporación y comprensión de los nuevos paradigmas a sus actividades.
En los tiempos de dificultades y sequía, se promueve y se fomenta que las empresas inviertan en formación como concepto (quizá para ocupar el creciente tiempo improductivo y de “brazos cruzados” de los trabajadores a causa de las crisis) y como táctica para alimentar nuevas perspectivas, para alinearse por otros caminos de negocio, y para aumentar su grado de especialización y de calidad.
Así que la consigna es clara y patente: formación, formación, formación.
Y es entonces cuando las empresas comienzan a enviar a su gente a cursos de nuevas tecnologías, de marketing avanzado, de desarrollo de habilidades. Decenas de horas para unos, cientos para los avezados, masters para los high-level. “Id y traeros el mayor conocimiento posible”.
Un paso más allá en la formación
Pero los cursos pasan, los seminarios se acumulan, las empresas de formación hacen “su agosto” en pleno invierno. Y los resultados de tanta sabiduría compactada no se traslucen en ningún efecto práctico. No se sabe qué hacer con tanto conocimiento, no se sabe dónde y cómo aplicarlo, ni siquiera se sabe si encaja con los postulados básicos de la empresa. El que ha aprendido cierta tecnología, o cierta herramienta, o cierta metodología se ha olvidado de preguntar al excelso profesor del curso cómo le viene bien a su empresa, cuál debe ser su uso para sacar algo de provecho, para qué aplicación es más idónea y, sobre todo, ¿qué le digo al jefe que aprendí en este curso?
Resumiendo, la primera formación a recibir es la de aprender a formarse, a racionalizar el tiempo de aprendizaje porque es vital para una empresa en crisis, no ha de ser un tiempo perdido. Es preciso definir correcta y minuciosamente, antes de lanzar a las huestes a los campos de formación, las necesidades reales en cuanto a carencias de conocimiento, los nuevos objetivos que deban permitir a la empresa solventar dificultades abriendo nuevas oportunidades, el conjunto de personal con mayor capacidad de recepción de nuevas ideas y de nuevos conocimientos. Y tras esto, la adecuada puesta en valor, de manera útil y sensible, en las diferentes actividades, funciones y estrategias de la compañía. Y tras esto, medir sus resultados a corto plazo, medir la verdadera incidencia y aceptación de lo aprendido, y plasmar la capacidad de expandir la competencia al resto de la compañía (aspecto clave para la reducción eficaz de costes de formación). Con todo este planteamiento previo, entonces se seleccionan las materias en las que formarse, el personal idóneo, el plan adecuado. En definitiva, formación inteligente.

Ángel Luis Herrero
Socio Consultor en InnoSIB




Foto cortesía de Freephotos.biz



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lunes, 17 de marzo de 2014

Calidad y Certificación, las claves para lograr la mejora continua en tu organización

MADRID, 14 de MARZO de 2014 - LAWYERPRESS


Presidida por Sonia Gumpert, decana del ICAM, tuvo lugar en la tarde del miércoles en Madrid, la jornada organizada por Lawyerpress, en colaboración con AJA MADRID, sobre certificación y calidad en los despachos de abogados. Una sesión que reunió a todos los agentes que intervienen en este proceso, clave en la actualidad para ser competitivo. En el lado de las certificadoras, David Velasco, Auditor Jefe de AENOR; como asesor externo a empresas y despachos, Domingo Gaitero, de InnoSIB Consultores; un proveedor para lograr esa calidad como WikiLegals y Marylin Delgado, socia de la plataforma, y dos experiencias prácticas de implantación del servicio en dos despachos profesionales. De Herrero & Asociados, Paz Martín, responsable de nuevas tecnologías y calidad de la firma y la experiencia de Lexunión contada por Carmen Herrero, gerente de Lexunion y responsable de calidad del bufete. Todos los intervinientes dejaron claro la necesidad de trabajar desde esta perspectiva de calidad, necesaria para ser competitivo y a la vez certificarse para lograr mejor definir procesos internos cara a clientes y proveedores.


Hablar de calidad en las organizaciones ya no es un tópico. Es una forma de entender el negocio, clave para poder diferenciarte de la competencia. En esta oportunidad los asistentes que acudieron a esta jornada en el ICAM pudieron conocer a fondo todos los interlocutores que intervienen en un proceso de certificación, desde que se toma la decisión de realizar esa actividad hasta que se certifica y sus actualizaciones. David Velasco, Auditor Jefe de AENOR, hablo de la norma ISO 9001 que es la regula esta actividad de despachos profesionales “Esta es una norma de mínimos, luego los despachos la desarrollan como quieren, sobre todo de cara a mejorar la satisfacción del cliente,” apuntó. Y dejó claro que el hecho de entrar en procesos de calidad no supone cambiar tu forma de trabajar, “se trata sobre todo de adaptar la norma a la organización”, subrayó.

Para este experto las ventajas de la certificación son indudables. A su juicio estas empresas generan más confianza con proveedores y sus consumidores, a nivel de mercado; es posible incluso que pueda ganar cuota de mercado. Respecto de sus clientes es evidente que ofrece más garantías a los mismos y a nivel interno, de la propia organización “mejora la eficacia de los procesos internos definiendo las competencias de la entidad. Al final la organización entra en lo que se llama la mejora contínua; clave para ser competitivo”, comentó. Según datos de estudios en EEUU que aportó a su charla un 20 por cien de la facturación puede estar en peligro si no se trabaja con ratios de calidad. También recordó que implantar un sistema de calidad no implica de forma directa la certificación. “Es bueno tener ese espíritu de mejora y que la organización se implique de forma plena. La certificación ayuda mucho en determinados asuntos que se gestionan con la administración”, comentó.

Por su parte Domingo Gaiteiro, socio de Innosib, consultores de calidad, habló al auditórium de la calidad desde el punto de vista del consultor externo que ayuda a las empresas a desarrollar este tipo de procesos: ”Es fundamental tener claro que calidad y certificación son dos actividades diferentes y complementarias. Las empresas deben tener claro para que se certifican. Y es que no siempre es sinónimo de calidad.” Para este profesional hablar de calidad supone un conjunto de procesos y actividades que nos ayudarán a gestionar mejor nuestro negocio y a ser mejores y más competitivos. “Gracias a esta metodología podemos priorizar y tomar decisiones en base a hechos”, resaltó. Y apuntó como este tipo de mejoras tienen repercusiones indudables tanto a nivel interno como externo “Una vez que se logra la certificación empieza otro tipo de trabajo en el que hay que formar y desarrollar la cultura de calidad en la empresa”. Desde su punto de vista, la gestión de calidad se puede externalizar, “igual que haces con tus facturas y el contable, para que el responsable de calidad de la empresa se centre en su trabajo”.

Como proveedor y apoyo a los despachos WikiLegals es una herramienta online de gran utilidad que presenta estándares de seguridad y protocolos que facilita la certificación de procesos. Marylin Delgado explicó con mucho detalle cómo está organizada esta plataforma de gestión documental entre cliente, abogado y procurador incluye un sistema de avisos de notificaciones judiciales, recordatorios de plazos y actuaciones, elimina costes, papel y gastos en mensajería”, señaló. La ubicación en la nube elimina la instalación de software y permite un acceso a la documentación desde cualquier punto y dispositivo. La herramienta cuenta con cuatro protocolos de seguridad instalados que a su vez reúnen diversos sistemas de protección.

Los casos prácticos vinieron por parte de Herrero & Asociados y Lexunión. Fue Paz Martín, responsable de calidad del despacho especializado en propiedad industrial quien explicó algunos detalles de esa certificación realizada con Bureau Véritas durante año y medio: ”Decidimos entrar en este proceso de calidad para mejorar nuestro compromiso con nuestro cliente”, comentó. Y es que a juicio de esta experta este tipo de valores ayudan a fidelizar clientes y retenerlos. “Es fundamental que toda la organización se implique en el proceso, desde los administrativos hasta la propia dirección de la firma”, apuntó. Martín también comentó el rol del responsable de calidad, profesional proactivo que debe involucrar al resto de la empresa. “La certificación nos ha ayudado a ser mejores diseñando procesos gracias a los cuales detectamos irregularidades y las corregimos. A la vez hemos logrado diseñar los perfiles de nuestros puestos de trabajo.”

En esa misma línea de involucrar a la organización giró la intervención de Carmen Herrero, gerente de la red de despachos Lexunión y responsable de calidad de Herrero & Hidalgo, despacho que se certificó en el 2003, también con la citada norma 90001. “Es una manera de garantizar la calidad de los servicios jurídicos y a que el cliente vea que eres innovador y que quieres satisfacer sus necesidades”, subrayó. Y es que los despachos y empresas de servicios jurídicos tienen que seguir innovando de cara a captar y fidelizar sus clientes. “Gracias a nuestra apuesta por la calidad creamos procedimientos internos; hacemos seguimiento de nuestros objetivos y sabemos si nuestros clientes están satisfechos y en qué medida”, apuntó. También recalcó el papel del responsable de calidad, muy cercano al equipo directivo y proactivo de cara a tomar decisiones e implicar al resto de la organización. “Al final gracias a esta iniciativa y a su certificación conoces tanto la satisfacción de tus profesionales como de tus clientes y qué tipo de procesos y actividades debes desarrollar para seguir en esa mejora contínua que buscan todos los despachos”, indicó.

El acto fue clausurado por Juan Gonzalo Ospina, presidente del AJA del Colegio de Abogados de Madrid, que colaboró con Lawyerpress en la organización del evento.







lunes, 3 de marzo de 2014

En zapatillas

Se piensa, y desde tiempos ancestrales así se cree, que un buen ambiente de trabajo es aquel en que un grupo de trabajadores, operarios o técnicos mantienen entre ellos una relación de “alegría social”, es decir, cada uno cumple con su cometido sin quejas, las controversias y disputas entre iguales son mínimas y los jefes dan directrices que se ven con buenos ojos. En definitiva, la cordialidad y la camaradería imperan en las decisiones, en la actividad y el trato personal. Esto está bien. Pero esta visión del ejercicio laboral comienza a resquebrajarse cuando los aspectos económicos-financieros de la empresa se vuelven negativos, acrecientan lastres, deja ver las carencias de involucración del colectivo en los resultados.

Es en ese momento cuando el llamado buen ambiente laboral empieza a agujerearse por todas partes: las órdenes de los superiores ya no se debaten (sólo se obedecen), el intercambio de opiniones se vuelve inoperativo (antes en realidad eran superficiales) y se crean constantes desconfianzas entre compañeros (por ver quién es mejor porque puede haber consecuencias derivadas de ello). En fin, que el denominado buen ambiente de trabajo deja de ser un “llevarse bien” y un “trabajar con alegría”.
Los últimos tiempos económicos—sobre todo, hablando en términos de crisis y depresiones—están obligando a asumir cambios trascendentales para reencontrar el perdido equilibrio entre ingresos y gastos. Uno de los grandes debates, que lleva cierto tiempo planteándose, pero que no consigue modelar la forma adecuada para que se adapte perfectamente a nuestros arquetipos de planteamientos de la vida laboral y profesional es el teletrabajo.
La mayoría entiende que el teletrabajo es que un profesional no disponga de oficina propia donde instalarse o que una buena parte de los trabajadores de una empresa trabajen desde sus casas. Así sin más, no es un planteamiento correcto. El teletrabajo ha de entenderse como un sistema, más que como un puesto de trabajo. Ha de entenderse como una forma hábil y eficaz de reducir el coste de determinadas funciones, no de la persona. Ha de entenderse como una estrategia a definir dentro de los esquemas esenciales de la empresa en función de sus objetivos, de su situación y de su cultura.
Rindiendo cómodamente
En este sentido, la estrategia del teletrabajo o realización de actividades a distancia debe asentarse en que: son funciones vinculadas a la información y el conocimiento; las nuevas tecnologías permiten casi en tiempo real mantener el contacto entre los intervinientes en una actividad (jefes, compañeros y subordinados); se persigue el ahorro de costes eficaz, es decir, aquel que conlleva aumento del rendimiento y la productividad; y, finalmente, debe basarse en un perfecto equilibrio real entre la actividad presencial (en la sede de la compañía) y la remota (en otro lugar diferente).
¿Dónde ahorramos?: en desplazamientos (traducido en costes por tiempo improductivo, sobre todo, en grandes ciudades, y por desmotivación personal), en espacio (despachos, locales, salas, edificios y servicios se reducen a lo imprescindible) y en absentismo (el teletrabajo bien llevado permite una conciliación de más calidad entre las necesidades personales o familiares y las necesidades profesionales).
Bien es cierto, que no todo es ventaja. Hay ciertos posibles inconvenientes que deben ser tenidos en cuenta a la hora de un planteamiento correcto y eficaz. La opción del teletrabajo requiere ciertas dosis de autodisciplina, de motivación y predisposición a manejar de forma personal los tiempos y las tareas, de saber separar con claridad la vida personal y la laboral, sobre todo, si se ejerce el trabajo remoto en el propio hogar. Y un evidente impedimento añadido se deriva de la cultura del “te controlo sólo si te veo”.
Como todo en la vida, es preciso armonizar objetivos y adaptarse perfectamente a los diferentes condicionantes para obtener las mejores perspectivas. Porque con estos nuevos modelos que nos abren sus puertas redefiniremos el buen ambiente de trabajo como aquel que genera optimismo, incrementa los rendimientos tanto personales como colectivos y fomenta la ilusión por el esfuerzo y por los resultados, independientemente del lugar físico donde cada uno ejerza su tarea en un momento determinado. La tecnología actual nos lo facilita además.
Está llegando la era de trabajar, por fin, en zapatillas.

Ángel Luis Herrero
Socio Consultor en InnoSIB




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lunes, 3 de febrero de 2014

Conferencia sobre Sistemas de Gobierno y Control para la Empresa

InnoSIB, con la organización del Ayuntamiento de Boadilla del Monte a través de su Área de Emprendedores, impartió el pasado 28 de enero la conferencia “Construye el Sistema de Control de tu Empresa. Claves y Pasos”. La jornada de carácter gratuito tuvo lugar en el Centro de Empresas Municipal.

Los cambios tecnológicos, alianzas, fusiones, la globalización, los sistemas de información, nuevos canales y modelos de venta… hacen que todo esté en constante evolución. No se trata de enseñar, sino más bien de diseñar nuevos caminos en función del entorno cambiante que nos rodea y de afrontar la dura competitividad con la que debemos luchar diariamente. De este modo, se orientan y enseñan nuevos retos. Y además, se aprende a diseñar y manejar nuestro propio sistema de defensa.

Jaime Renovell, socio de InnoSIB y experto en transformación y gestión del cambio en organizaciones, expuso con detalle el objetivo de la ponencia en términos de acercar de forma clara y práctica las claves de la gestión de la información y la optimización de procesos y componentes de la empresa para asegurar el gobierno y supervivencia del negocio.




La ponencia estuvo dirigida a gerentes y dueños de pequeñas empresas o comercios, emprendedores, autónomos y, en general, profesionales que dirigen organizaciones donde intervienen personas, procesos y resultados.


InnoSIB, en su ánimo y vocación de promover la innovación en emprendedores, pequeñas y medianas empresas, colabora en cualquier proceso de activación económica y empresarial, ofreciendo el bagaje de sus consultores en implantación de sus propios modelos de mejora y eficiencia en la gestión y el gobierno de la empresa con el fin de conseguir una maximización de resultados y objetivos. 






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