domingo, 30 de octubre de 2011

E+I, la fórmula magistral


Corren tiempos en los que la inercia se ha perdido. Hace años las cosas iban casi solas, simplemente había que soplar un poco el velamen para que se mantuviera una buena velocidad de crucero. Eso sí, en algún momento de la apacible travesía a toda vela, empezó a dejarse de lado el control del rumbo. Nadie se ocupó de mantenerlo en la dirección correcta y el barco comenzó a ir a la deriva mientras la tripulación festejaba quien sabe qué en amenos y folclóricos guateques.
Ahora, como digo, la inercia es escasa o nula. Y se hace preciso arremangarse y empujar. El viento ya no es ni ligero. En términos profesionales o empresariales, todo el mundo está de acuerdo en que el emprendimiento, la iniciativa de poner en marcha proyectos, la necesidad del autoempleo incluso, todo ello ha de ser puesto en valor y ayudado a desarrollarse.
Perdiendo inercia
Pero algunos nos hemos dado cuenta de que a estas alturas de la crisis —la condenada crisis— no sirve sólo (aunque por algo se empieza) aventurarse en andanzas profesionales que propongan ideas de negocio harto conocidas, corrientes, frecuentes, sabidas o re-sabidas. Se hace preciso aportar aire más fresco, novedades en las proposiciones, dirigirse hacia segmentos (de negocio, de mercados, de métodos) no tocados o, presuntamente, poco rentables. Cuando el viento sopla a favor, todas las embarcaciones ponen rumbo hacia los mismos lugares: hacia el recurso fácil o el rendimiento inmediato.
Es aquí donde aparece otro de los elementos clave en el apuntalamiento de las apuestas por un negocio a largo plazo: la innovación. Una innovación basada en afrontar los retos con diferencias con el pasado en primer lugar. Innovación en los modelos de actuación y formas de acercarse a los clientes, en los productos y servicios ofrecidos o patrocinados, en los nichos de mercados que fueron relegados al ostracismo en muchos casos por ser rentables sólo a largo plazo.
La conjunción, por tanto, de ambos conceptos, emprendimiento e innovación, han de formar parte de un preparado personalizado y adaptable a necesidades reales y con visión de actuar durante largos periodos de tiempo para conseguir resultados sólidos.
La suma de ambos componentes nos ha de producir la E+I como nueva fórmula magistral (que diría un boticario) que permita proponer al engranaje empresarial y profesional medios de afrontar el futuro cercano con cierta confianza y perspectiva.

Ángel Luis Herrero
Socio Consultor en InnoSIB




Foto cortesía de Freephotos.biz


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1 comentario:

  1. Si juntamos un emprendedor con una idea innovadora lo mismo surge el bombazo que un muerto de hambre mas.

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